La apuesta por la eficiencia energética en tu vivienda

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“Un edificio hay que abordarlo energéticamente de forma integrada”, sentenciaba Marta Torres, directora gerente de ASPRIMA. Sí, al margen de ayudas para la implantación de nuevos sistemas (ventanas, cerramientos, refrigeración, calefacción…) que actúen sobre un foco, Torres apunta a contemplar el edificio como un todo y realizar un estudio previo. Diseño y orientación, así como la envolvente, se tornan como las variables técnicas fundamentales, que hacen que una vivienda resulte en efecto energéticamente rentable, más allá de los sistemas de gestión energética por los que se opte.

 

Sin embargo, Justo Navarro apunta que no se puede calificar realmente una vivienda en concreto, sino todo el edificio en el que se enmarca. Por ello, habrá que analizar el caso concreto para ver la solución por la que decidirse. Optar por un sistema colectivo o individual de refrigeración y calefacción no siempre influye de manera determinante en la calificación energética del edificio. Sin embargo, sí que se demuestra que la colocación en la vivienda de un sistema de calefacción y refrigeración por suelo radiante, techo radiante o forjados activos, no tan conocidos, supone una mejora en la calificación energética del edificio y en el ahorro de los usuarios de la vivienda del 11%, contando, además, con un menor coste de instalación que el de la refrigeración o calefacción convencional.

 

De esta forma, se demuestra que la eficiencia energética no depende tanto de la inversión económica realizada por el promotor, para el cual no supone un incremento considerable del presupuesto inicial acometerla, sino que depende más bien de la concepción de conjunto del edificio, combinando la orientación con el empleo de aislamientos, sistemas eficientes de producción de calor y frío, etc. Ello supone una apuesta por sistemas que ahorren y se amorticen desde el primer momento, en lo referente a iluminación, cerramientos, …, cuya principal ventaja, más allá del beneficio económico en forma de ahorro, comprende un mayor confort y una mayor satisfacción de los usuarios.

 

Con vistas al futuro, los edificios encaran decididamente los retos energéticos de lograr ser cada vez más eficientes y respetuosos con el medio ambiente, proyectándose hacia el objetivo de obtener edificios de consumo casi nulo. Promotores, constructores y demás agentes participantes en el proceso, junto al usuario final de la vivienda, han de ser conscientes de ello y de los beneficios, a nivel personal y colectivo, que reporta.

 

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