Las escaleras, un elemento decorativo y funcional con mucha personalidad

Áticos

Terrazas aún de mayor tamaño, una distribución más cómoda, más espacios abiertos... ¡y escaleras! Los dúplex presentan multitud de ventajas y atractivos y las escaleras suponen uno de los principales, llegando a convertirse en las estrellas de la casa (o del salón, en muchos casos). Sin embargo, a menudo nos genera bastantes quebraderos de cabeza idear cómo adaptarlas al estilo de decoración de nuestro hogar y, al mismo tiempo, dotarlas de una función práctica. 

 

Las opciones dependerán bastante del tipo de escalera de interior ante el cual nos encontremos (de caracol, rectas, de u, plegable, curvas...) así como de su estructura, de su fisonomía, principalmente de peldaños y varandillas, que son los elementos que circunscribirán su configuración y el espacio disponible adicional para su aprovechamiento. Mientras que las escaleras de caracol, pensadas para reducir al máximo el espacio ocupado por la escalera, cuentan ya normalmente con un diseño particular, alzándose como uno de los elementos con mayor personalidad de la casa, las escaleras rectas, en forma de u o curvas nos permiten más posibilidades a la hora de organizar el resto del espacio.

 

Así, podremos aprovechar para zona inferior, para almacenaje o para colocar algún mueble bajo tipo aparador o, incluso, si la amplitud lo permite, para disponer una pequeña zona de juegos infantiles o tipo despacho. Lo más común suele ser componer una serie de estanterías a medida o un juego de estanterías modulables en el hueco de la escalera, de tal manera que el espacio que se pierde en amplitud en las zonas de disfrute de la casa, como el salón, el recibidor, el comedor..., se gane en posibilidades de organización. Además, una buena composición, en la que se cuide el diseño, resultará realmente vistosa, a la par que práctica. También puede instalarse un sistema de almacenaje de tipo cajón en los peldaños, que nos proporcione un extra de almacenaje fuera de la vista.

 

 

En lo relativo a la estética y el diseño, las posibilidades son cuantas alcancemos a imaginar. Además, la diversidad y versatilidad de los materiales con los que disponemos en la actualidad nos permite contemplar múltiples opciones de manera económica y sencilla. Por ejemplo, ahora podemos colocar la pared situada junto a la escalera con aspecto de ladrillo sin tener que hacer obra, con un simple vinilo o algún material de emulación adherido a la pared, además de papel pintado que, focalizado sólo en esa parte, resultará muy vistoso. Otros materiales que le atribuirán un carácter especial al conjunto son el laminado de madera y el cristal, así como la forja, especialmente usada en pasamanos, con un corte más rústico y clásico y la propia madera.

 

Por otro lado, también hemos de cuidar la iluminación de la escalera, no sólo por motivos de seguridad, sino para conferirle verdadero carácter. Para convertirla en protagonista de la estancia es necesario que la iluminación le atribuya tal condición. Así, los focos halógenos resultan un buen aliado, aunque serán las guirnaldas y cadenas de luces las que consigan llamar verdaderamente nuestra atención. Asimismo, las escaleras se alzan como un espacio singular para que expongamos algunos de nuestros objetos más queridos, como esa colección que tanto nos costó terminar o toda una serie de cuadros o de marcos con fotos familiares documentando el paso del tiempo. También podemos darle un toque más vivo, más fresco, con plantas -las colgantes pueden resultar un buen aliado para dar un aire distinto a la escalera-.

 

Detalle de la escalera del nuevo piso piloto, un ático dúplex, de Torre del Agua, en Zaragoza

 

 

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